Entonces aparece el miedo. Se presenta en una forma reconocible dentro de mi experiencia pero me intimida como la primera vez que nos encontramos frente a frente. Comienza un diálogo cargado de inercias donde me seduce con sus palabras guiando mi destino hasta un final que se torna oscuro. Intento responder a sus preguntas formuladas mediante afirmaciones que se esbozan detrás de una lengua biperina y solo encuentro silencio.
Quizás sea el momento de enfrentarme a él. Quizás sea el momento de regresar al principio del juego y comenzar el camino prometiendo esta vez no perder de vista el horizonte de mi búsqueda.
Saudade Artiaga 16/04/2012